divendres, 30 de juliol del 2010

DESEOS DE COSAS IMPOSIBLES.



Dije: ¡Adiós felicidad!
Se soltó de mi mano,
y nunca más volvió.

Eso siempre pasa así; cuando no tienes lo que quieres, ya no eres feliz.
Pero todavía más cuando no sabes lo que quieres, y aún más cuando lo que tienes, no sabes si es lo que quieres.

Comienzo a rayarme.

Últimamente mi cabeza no deja de reproducir films amorosos cuya protagonista soy yo. Imagino escenas únicas como si hubieran sido extraídas de antologías poéticas amorosas, para luego representarlas en el Apollo Theatre ante miles de espectadores.

Y es en ese instante cuando se abre el telón pero no consigo articular palabra alguna. Vuelvo a bloquearme, como de costumbre.
Te acercas y... sólo veo azul.
Tus ojos tan cerca, tan exactos.
Y arrodillado recitas Espero de Mario Benedetti:

- Sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices.

Y me armo de valor para confesar:

-Mis disculpas por sentir así, nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así.

Y te detienes, desconcertado. Te acercas, me rozas...

Pero no estás.
No estás.
No estás.
Comienzo a acostumbrarme a mantener cada noche un contacto visual con el techo de mi cuarto.
Imagino demasiado, debería tratármelo.
Deseos de cosas imposibles.
Eso siempre pasa así; cuando no tienes lo que quieres, ya no eres feliz.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada